Internet nos permite asistir superficialmente a todo tipo de noticias y entre mirar a occidente analizar la situación de medio oriente o a la comunidad de Nordelta en Argentina y su encuentro con los carpinchos, prefiero quedarme con la segunda.
Pues en ambos contextos cualquier opinión de este tercero sería ignorante, pero en la segunda, al ver los carpinchos y leer los tuits de la embajada japonesa sobre esta situación, recordé una de mis películas favoritas “La Guerra de los Mapaches – del Studio Ghibli”.
Este ánime de 1994 nos muestra cómo la expansión urbana en el Japón arrasó con el hogar de los mapaches, al convertir los ecosistemas naturales en centros humanizados de culto al cemento y las edificaciones. Sin otra opción los mapaches deciden resistirse al progreso y defender su hogar – territorio, utilizando todas las estrategias de lucha que tienen a su alcance.
Siendo su principal herramienta de lucha “la metamorfosis”, una técnica propia de los mapaches japoneses llamados tanuki, quienes tienen muchas historias, cuentos y leyendas dentro de su cosmovisión.
En la película usarán esta técnica como medio de resistencia política, pero primero recibirán un minucioso entrenamiento por parte de las abuelas y abuelos guardianes de este conocimiento, luego lo pondrán en práctica a través del arte para concientizar a las masas a favor de su causa, hacen protestas, acuden a los medios de comunicación e incluso los más
radicales optan por la vía de la acción directa.
Un termino que me llamó mucho la atención fue el que salió en la red de Carpinchocracia. Desconozco quién lo plasmó, pero para mi gusto está buenísimo.
Cracia del griego antiguo krátos “fuerza, dominio o poder”; entonces Carpinchocracia podríamos decir que se explica como “el poder de los carpinchos y/o el poder en los carpinchos” y si pues, estamos viviendo el colapso de la especie humana; en todas las partes del planeta, la modernidad capitalista ha demostrado ser incompatible con la vida y por ende es tiempo de nuestra retirada.
Sugiero que aceptemos nuestra derrota frente a la naturaleza y asumamos nuestra incapacidad de vivir bonita y armoniosamente con el planeta y entreguemos nuestro falso “poder” a las y los carpinchos; ya hemos visto su destreza en la ofensiva con el episodio del señor de la motocicleta que termina en el suelo luego de un acto de sabotaje por parte de los carpinchos, es impresionante su velocidad para retirarse del lugar de los hechos y su astucia para utilizar nuestras propias cámaras trampa a su favor.
Seguramente perfeccionaron el arte de la “guerra de guerrillas” frente a ello, las horas del gobierno humano están contadas, mejor busquemos una transición pacífica del poder y por el bien de la especie humana y de todas las especies, devolvamos el hábitat de los Carpinchos, sin duda ellos son mejores guardianes de la Madre Tierra que nosotros/as sus supuestos hijos/as predilectos/as.
Por: Tuntiak Romero. Ambientalista. Foto: Internet. Agosto 23 de 2021