
Los abajo firmantes, intelectuales, académicos, activistas y defensores de los derechos de las nacionalidades y pueblos y de la naturaleza, tanto de Ecuador como de diversas regiones del mundo, expresamos nuestra más profunda preocupación y enérgico rechazo ante la reciente invasión nocturna de la sede de la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH), realizada con el respaldo de la Policía Nacional del Ecuador.
Este acto, de extrema gravedad, forma parte de una serie de maniobras destinadas a imponer una directiva ilegítima, forjada al margen de los procesos organizativo de la histórica FICSH, en favor de intereses de empresas mineras que amenazan comunidades y territorios, no apenas en la amazonia sino en todo diversas otras regiones biodiversas del Ecuador.
Domingo Ankuash es un líder shuar histórico y referente en la defensa de los territorios indígenas amazónicos. Su compromiso con la vida, la autodeterminación de los pueblos y la protección de los ecosistemas amazónicos lo convierten en una figura clave de la resistencia indígena al sur del Ecuador.
Denunciamos los intentos del gobierno de Daniel Noboa para desestabilizar dinámicas organizativas locales, previamente marcadas por conflictos insuflados desde los primeros proyectos mineros. Recordamos con preocupación los asesinatos de Bosco Wisum, Freddy Taish y José Tendetza.
Además, evocamos la historia de la militarización de Nankintz en 2016, para instalación del campamiento minero del proyecto San Carlos Panantza; estos son apenas algunos ejemplos del impacto desastroso de la megaminería en territorios de la nacionalidad shuar del Ecuador.
Observamos atentos que, bajo el pretexto de combatir la minería ilegal, el actual gobierno ecuatoriano promete avanza con una agenda de reapertura del catastro minero que compromete de manera alarmante la vida y existencia digna de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas. Esta medida implica la expansión de concesiones extractivas que profundizarán los conflictos socioambientales, la fragmentación comunitaria, la persecución judicial de líderes y lideresas, y la destrucción de fuentes de agua, biodiversidad y modos de vida ancestrales.
Nos solidarizamos de manera firme e incondicional con Domingo Ankuash, con la legítima dirigencia de la FICSH y con todas las comunidades que defienden sus territorios frente a un modelo de desarrollo impuesto, violento y ecocida.
Rechazamos toda forma de intervención externa en las estructuras organizativas de los pueblos originarios y exigimos al Estado ecuatoriano que respete los principios del Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y la propia Constitución ecuatoriana, que reconoce a Ecuador como un Estado plurinacional e intercultural.
Hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional, a las organizaciones de derechos humanos, a la academia crítica y a los movimientos sociales a mantenerse vigilantes, denunciar estas violaciones y sumarse a la defensa de quienes cuidan la vida en todas sus formas.
¡Todo nuestro respaldo y solidaridad a Domingo Ankuash y al pueblo shuar!
Apoyo la lucha del pueblo Shuar