
A la opinión pública
A nuestras bases
Este es un momento crucial para el país. Las nuevas elecciones han creado un escenario de tensión dentro de nuestras organizaciones. Desde el norte hasta el sur de la Amazonía ecuatoriana existen divergencias.
¿Cuál es entonces nuestro norte?
Lo primero es hacer memoria. Preguntémonos: ¿Qué presidente de la República del Ecuador ha defendido nuestros intereses como pueblo? Lo que yo recuerdo es que todos los expresidentes han actuado de la misma manera, fomentando la xenofobia hacia los indígenas, las mujeres y otros grupos. Y eso incluye al actual gobierno.
Hagamos memoria. Solo el año pasado, en noviembre, en nuestra provincia vivimos 15 días de paro. ¿Cuál fue la respuesta de Daniel Noboa? Indiferencia. Actuó con absoluta indolencia frente a la movilización de toda una provincia. Nos movilizamos todos los sectores: campesinos, indígenas, afros, niños, niñas y adolescentes. Y gracias a nuestra convicción logramos que la cárcel en Archidona y en cualquier parte de la Amazonía no se construya.
Pero olvidamos rápidamente las lecciones de unidad aprendidas y ahora retrocedemos en la coyuntura electoral. Líderes políticos, dirigentes y actores sociales parecen haber olvidado contra qué políticas luchábamos. Ahora muchos de ellos buscan estrategias para asegurarse un puesto, calculando quién ganará y a quién pueden arrimarse para sacar ventaja personal. ¿Y la agenda organizativa? Esa, sí, la han dejado en el olvido.
En cambio, tienen memoria para el odio exacerbado contra un gobierno que gobernó hace más de 10 años. El anticorreísmo resulta más cómodo y conveniente que sostener nuestra agenda organizativa. Y tristemente, incluso algunas mujeres participan de esta estrategia, repitiendo discursos creados para la división y la desmemoria. Siguen el juego de un sector minúsculo de la sociedad que, con su poder económico, sigue amasando fortunas a costa de la explotación de las personas y la naturaleza.
Las comunidades, por su parte, están en una situación de precariedad: sin empleo, sin estudios, con amenazas a su territorio. Ni siquiera alcanzan a analizar la situación; solo esperan recibir algo de comida durante la campaña a cambio de su voto. Los jóvenes, que a menudo no están presentes en las comunidades, llegan el día de la votación sin conocer realmente las necesidades y problemas de su gente. Algunos se aferran a partidos políticos sin cuestionar.
Nuestra responsabilidad como dirigentes
Como dirigentes, tenemos una gran responsabilidad en sostener la organización desde nuestros territorios. En nuestra provincia, Napo, no podemos quedarnos calladas ante la falta de coherencia. Estamos obligadas a levantar nuestra agenda de lucha, que tiene como prioridad la resistencia ante la explotación minera. Nos están dejando sin agua, pero con bastante dinero, enfermedades y contaminación. Nuestros derechos colectivos no están siendo respetados.
En este contexto, en lugar de contar con una orientación política organizativa con fines colectivos, tenemos a un presidente de la FOIN que, en lugar de actuar con sensatez, se suma a una supuesta mayoría en la CONFENIAE sin haber consultado a sus bases. Ni siquiera al Consejo de Gobierno. De manera irresponsable, ha dado la espalda a las comunidades de base de FOIN, alineándose con un partido político y un presidente constitucional no por principios, sino calculando qué puesto o contrato podrá obtener. Mientras tanto, la realidad de la mayoría sigue empeorando.
Por ello, algunos dirigentes nos hemos puesto de acuerdo para alzar la voz y expresar nuestro rechazo total a estos pactos políticos. Se han hecho acuerdos entre hombres, creyendo que las mujeres debemos guardar silencio. ¡Pues no!
No podemos ser parte del silencio cómplice. No se puede exigir respeto si se irrespetan los procedimientos organizativos. No hubo mayoría en la asamblea de la CONFENIAE. Lo correcto era decir la verdad: no se trabajó en una resolución de la FOIN a favor de ningún candidato. No se realizó ninguna asamblea para recoger la opinión de las bases. Sin esta consulta, no se puede estar a favor de un candidato u otro.
Pongamos un ejemplo claro: por más que un padre sea padre, no puede obligar a una mujer a casarse sin consultarle. El cargo que ostenta el señor presidente de la FOIN, Federico Tapuy, no le da derecho a decidir por todos sin consulta previa. Y que quede claro: consultar no es reunirse con un grupo de amigos que piensan igual o están en las mismas negociaciones. Se consulta a todas las organizaciones base, sin discriminación.
Frente a la manipulación política, seguimos firmes
Hemos organizado una rueda de prensa, por lo que hemos sido criticados por el mismo presidente de la FOIN, pese a haberle hecho un llamado al diálogo permanente. Si él se considera un líder provincial, ¿por qué no convoca a todas las bases y enfrenta la situación? En lugar de eso, cae en el revanchismo y, aún peor, en el machismo.
¿Por qué, si nunca convocó a las bases, se aferra tanto al partido político ADN? Evidentemente, tiene el respaldo de este partido. ¿A cambio de qué? El futuro nos dará las respuestas. Por lo pronto, aprovechándose del respaldo político que tiene, aparece organizando otra rueda de prensa.
Como organización, creemos que, venga quien venga, debemos luchar en defensa de nuestro territorio. La política compra conciencias y destruye la organización. Aquellos que no son parte de nuestra lucha aplauden y festejan la división.
¿Cómo es posible que las organizaciones indígenas y sus dirigentes no defiendan la cultura que dicen proteger? Entregan nuestros símbolos sagrados—instrumentos, vestimentas, collares, lanzas y wayusas—a los mismos opresores. ¿Acaso no entendemos lo que está en juego o simplemente nos hacemos los desentendidos?
Consulto a las organizaciones base: ¿alzamos la voz o nos callamos?
Nely Shiguango
Dirigente de Educación, Cultura y Mujer, FOIN