Empieza el acróstico:
Campesino
Anarquista
Bronquista
Relevante
Obsesivo
Narcisista
Lo van armando entre gestos cómicos, burdos y tratando de mantener la seriedad que exige el público, sin embargo, en cada movimiento se nota la infamia propia de los racistas. Tal es la cobardía que ni siquiera se atreven a decir la palabra que han armado, lanzan al aire el mensaje y se callan. A ese nivel llegaron estos “periodistas” en el programa La Posta. Pero eso no quedó ahí, lo mejor se vino en días posteriores, cuando Luis Eduardo Vivanco y los periodistas “libres e independientes” defendieron la postura racista del programa. Para muestra algunos botones que salieron en la prensa.
El día 5 de julio, a primeras horas del día, después de cientos de críticas en las redes sociales, Luis Eduardo Vivanco pidió “disculpas” por twitter; admiten que se les pasó la mano, pero que: “¿Odio y racismo? Jamás”. No solo que su disculpa era una falacia, sino que además metía más leña al fuego del racismo.
Ese mismo día, Xavier Bonilla (Bonil), caricaricaturista de diario El Universo lanza un salvavidas a su querido amigo: “Pero llamar racismo es una retorcida e interesada interpretación”, dice en su cuenta de twitter. Según él no hay racismo, todo es una mala interpretación de los televidentes.
Y no podían faltar los 4 pelagatos, a la cabeza José Hernández. Sacó un artículo titulado: ¿También TC se salió de madre? En el punto 4 dice lo siguiente: “¿Racismo a la carta? Racismo es una palabra de moda. Odio también. Las puso a circular el correísmo y las mantienen vivas los fieles de la corrección política”. Para terminar, asevera: “¿Es racista? Puede parecerlo, pero no lo es”. Tremenda tinta para salvar a sus amigos, para decir en el fondo que no sabemos descifrar mensajes.
Para estos periodistas jamás existió un acto racista, más bien son las interpretaciones antojadizas de los resentidos sociales, de esos que ven racismo y odio en todo. Es más, para José Hernández eso es una herencia del correísmo. Habría que preguntarle a este periodista si ha leído sobre historia, porque el asunto del racismo no inicio hace 10 años, sino hace 500. Señor Hernández la historia del racismo en nuestras tierras supera a la última década. Sería bueno que revise las crónicas de indias para no hablar cualquier tontería.
Y no conforme con eso, vuelve al ataque Luis Eduardo Vivanco, el martes 6 de julio. Después que han grafitiado las instalaciones de La Posta, sale a decir: “Pero esto ya es espeluznante. Ordénales parar [se refiere a Leonidas Iza]”. Asume que los ataques fueron realizados por Iza, y que por tanto él es el único que puede parar el descontento popular hacia ellos. Sin lugar a dudas, sigue metiendo más leña al fuego del racismo.
Esta cronología de salvavidas tiene su cereza escrita por Gabriela Calderón de Burgos en el diario El Universo, el día 9 de julio.
“Después vimos la versión andina de la cultura de la cancelación, tan en boga en Occidente: en nombre de la eliminación de la discriminación racial, del discurso de odio, y muchos otros males reales o imaginarios se pretende eliminar la diversidad de opiniones silenciando a aquellos que no se alinean al pensamiento uniforme de una minoría bulliciosa y organizada”. Esta periodista apela a libertad de expresión y la tolerancia. Según ella debemos ser tolerantes ante el racismo, pero además todos aquellos que nos quejamos somos la minoría.
En todas estas defensas hacia La Posta [casi todas del diario El Universo] habría que decirles que lo que hicieron es un acto racista por donde se lo vea; esto sobre todo por dos instancias; en primer lugar, porque al referirse a Leonidas Iza lo infantilizan en su condición de campesino, y luego, en segunda instancia, miran en él un ser bárbaro [«tumbacasas con patas» le dijo Boscán]. Esas dos instancias claramente son racistas, un racismo blando y uno duro, tal dice como Nelson Reascos. Es decir que no es necesario colocar la palabra indio, india, negro, negra como peyorativo para que se convierta en un acto racista, sino que, desde el mismo lenguaje y su uso, que expresa el inconsciente, ese inconsciente de la elite, que piensa desde los imaginarios y discursos del siglo xix, se expresan actos racistas que están en el imaginario social.
En las redes sociales sacaron una joya, dijeron más o menos lo siguiente: “La Posta solo dice lo que muchos pensamos”. Esto solo deja ver que la sociedad ecuatoriana es eminentemente racista, la muestra de aquello es los cientos de insultos cuando hay movilizaciones sociales, siempre terminan diciendo indio esto, indio el otro, indio, indio, indio….
Este tipo de programas lo que hace es rascar en esa sarna llamada racismo, una sarna que solo hace falta refregarla un poco para que empiece a sangrar, que empiece a salir todo aquello que tenemos en el inconsciente colectivo, y que tiene en el racismo una de sus bases fundantes.
Basta decir que este acto es el inicio de todo lo que se viene, porque pensar que este programa no tiene nada que ver con el gobierno actual es una ingenuidad; más bien fueron la carnada que midió las fuerzas políticas para las acciones futuras.
Por: Patricio Pilca. Académico, sociólogo. Foto portada: Internet. Julio 12 de 2021