Por: Bolívar Yantalema, Kichwa de la Nación Puruhá
22/05/2018
Como parte de la aplicación de la metodología de diálogo de saberes y haceres, los pueblos andinos desarrollaron la técnica de la pachamanka, término que proviene de la unión de los vocablos pacha y manka, donde pacha significa tiempo, espacio o universo y manka olla, por lo tanto significa “olla para cocinar dentro de la tierra”.
Generalmente la tecnología comunitaria de la pachamanka se usa para cocinar productos o granos tiernos y, de acuerdo al calendario andino, en el tiempo de los granos tiernos se celebra el Pawkar Raymi, específicamente en el equinoccio del 21 de marzo, como un ritual de agradecimiento a la pachamama y al yaya inti por el florecimiento de las chacras y la entrada de los primeros granos tiernos como el choclo, las habas, las arvejas, las papas, entre otros productos, por lo tanto, se puede aseverar que la pachamanka es un ritual que se realizaba para preparar y compartir los alimentos durante la celebración del Pawkar Raymi y el recibimiento del año nuevo andino con el encendido del fuego nuevo, al que las comunidades ancestrales concurrían masivamente llevando sus primeros granos tiernos.
Hasta en la actualidad, para realizar la pachamanka, cada familia lleva porciones de granos de sus chacras, que son el resultado de sembrar y criar cuidadosamente, lo hace para compartir con los demás luego de preparar en la pachamanca, también dicen que lo hacen para que los granos se endurezcan y se logren abundantes cosechas, en este ritual se puede constatar toda una manifestación filosófica de interrelación y de agradecimiento a la pachamama como un entidad dadora de vida, sin embargo, en las generaciones contemporáneas se observa una tendencia de valorar las manifestaciones culturales ajenas en desmedro de lo propio.
El acto de sembrar y criar también es todo un proceso ritual, algunas comunidades ancestrales de Abyayala solían practicar lo que se llama la tarqueada, que consistía en el recorrido o danza ritual, por alrededor y por intermedio de la chacra recién sembrada, de un grupo de músicos provistos de tambor y flauta o pinkullu, en Bolivia conocida como tarka; se consideraba que el ritmo musical y las canciones vocalizadas por los músicos, cuyos contenidos eran diálogos con la semilla sembrada en la pachamama, producían ondas sonoras que trascendían por la madre tierra, tomaban contacto con la semilla y activaban sutilmente para su pronta germinación y, en el caso de las plantas en crecimiento, ayudaba a crecer más rápido. Hasta en la actualidad, dentro de la tradición indígena, existen ritmos musicales que sirven inclusive para llamar y tomar contacto con los espíritus buenos y también para ahuyentar a los espíritus no deseados.
En Bolivia[1] la tarqueada es la danza ritual que bailan las comunidades originarias aymaras al ritmo de “La tarqa, que es un instrumento, en que sus melodías lo recibe de la naturaleza, para pedir clemencia de esa misma naturaleza frente a las sequías, los excesos de lluvia o cualquier otro fenómeno climático que afecten a los sembradíos. Finalmente es con este instrumento que festejan la Anata o la diversión de la promesa de una buena cosecha, que anuncia por la floración de las cementeras de papa”.
[1] Tarqueada: http://www.educa.com.bo/content/tarqueada
La Pachamanka y su relación con el Pawkar Raymi, artículo de Bolívar Yantalema. Lea y escucha en #Riksinakuy (https://atomic-temporary-17868035.wpcomstaging.com/). 24-05-2018