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p style=»text-align: justify»>Por: Jaime Rubén Chugchilan Caisaguano
Kichwa del pueblo Panzaleo
Noviembre 29 de 2018
La Constitución se presenta como garantista de los derechos colectivos de los indígenas, afroamericanos y montubios, sin embargo, es preciso recalcar que no basta con escribir las normas y leyes y dejarlas sin incentivar su cumplimiento. Es muy conocido por todos que la discriminación racial en el Ecuador aún se vive.
Según Juan García «Si uno tuviera que medir el cumplimiento de los derechos colectivos y otros derechos que para el bienestar y el buen vivir del pueblo afroecuatoriano, están escritos en la Constitución, en los Convenios y Acuerdos Internacionales y en otros cuerpos de Ley, uno podría llegar a dos conclusiones básicas. La primera es que estos derechos son solo ofertas y como toda oferta, están disponibles, para los colectivos que tienen “ciertas capacidades” para alcanzarlas. Siendo como son ofertas, el pueblo que las quiere alcanzar, tiene que tener a su haber: fuerza política, poder económico, representación social, capacidad de movilización social etc. La segunda, es que el Estado, no asume ningún compromiso, ni muestra la más mínima voluntad, ni hace presencia como Estado para garantizar que estos derechos dejen de ser, “ofertas” y pasen a ser “derechos reales” para los colectivos que los necesitan de manera urgente. Como es el caso del pueblo Afroecuatoriano, Indígena y montubio».
El racismo es una enfermedad social y moral que afecta al mundo entero e indudablemente se presenta por la ignorancia de quien la siente, así como por miedo, separación, intolerancia, odio y discriminación.
En nuestra sociedad no se considera este problema, ni se le da el interés necesario para erradicarlo, si bien las normas manifiestan garantías para estos grupos de personas discriminadas, no se crean sanciones penales o administrativas para quienes vulneren sus derechos.
La discriminación racial afecta tanto a quien la siente como también a quien es víctima de ella. Y si obviamente seguimos evadiendo la responsabilidad de querer erradicar el racismo, nunca progresaremos como sociedad, ya que aquello sigue generando pobreza, hambre, inestabilidad laboral, resentimiento, etc. Es necesario que tengamos conciencia del enorme problema, así, cada uno de los ciudadanos podremos impedir y ayudar a erradicar la discriminación racial.
Los derechos de los afroecuatorianos, indígenas y montubios se encuentran manifestados en la norma suprema ecuatoriana, la que otorga a dichos ciudadanos todas las garantías para su integración y desarrollo en la sociedad, sin embargo, de acuerdo a esta manifestación establecida por el legislativo, es evidente que en nuestra sociedad existe la discriminación racial.
La constitución en su articulado 57, manifiesta derechos colectivos, los cuales ayudan a preservar, incentivar y proteger la cultura de estos pueblos, pero es necesaria una pregunta, ¿Los gobiernos y la sociedad han ayudado a crear planes para que dichos derechos sean totalmente cumplidos?
Hay que tomar muy en cuenta que la pobreza y el hambre se derivan de este tipo de problemas, ya que al establecer diferencias entre los grupos humanos y los diferentes tipos de razas siempre conllevan a la desunión de la sociedad, lo cual genera discriminación.
Algo muy importante señalado en la carta magna en el número 11, acerca de los derechos colectivos que tienen los pueblos indígenas, afroamericanos y montubios es a no ser desplazados de sus tierras ancestrales, sin embargo el mismo gobierno está permitiendo quebrantar esta norma al querer explotar el Yasuní, un lugar en donde existen Pueblos viviendo de esas tierras.
Sí existen derechos, sí existen normas nacionales e internacionales que garantizan a dichos pueblos a no ser discriminados entre otros derechos, lo lamentable es que no se les tome la importancia que se merecen y lo manifestado sea letra muerta, sin incentivar su protección, sin crear planes, dejándolos igual de desprotegidos.