Por: Verónica Yuquilema Yupangui
Kichwa de la Nación Puruhá. Abogada
Noviembre 29 de 2018
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p style=»text-align: justify»>¡Basta! ¡No más!
Basta de pensar que eres el problema,
que te falta amor propio,
que eres el monstruo.
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p style=»text-align: justify»>Esa era la trampa,
esa era la venda que te impedía ver la luz.
<
p style=»text-align: justify»>Nos obligaron a no querernos.
A no amar esos ojos redondos, ligeramente rasgados.
A detestar ese color de piel oscuro y radiante.
A ocultar esas curvas imperfectas.
A esconder esos pies descalzos y callosos.
A olvidar tu lengua, tu esencia.
A destruir la tierra que habita en ti.
<
p style=»text-align: justify»>Te enseñaron la vergüenza y te volviste esa persona.
Esa persona que se ama y se detesta,
que lucha contra sí misma
que busca complacer a ese mismo mundo
que un día hizo maldecirte.
<
p style=»text-align: justify»>No todo está perdido.
Tu esencia espera por ti.
Mírate, siéntete. Estás a tiempo.
<
p style=»text-align: justify»>¡Basta de culparte!
Tienes a la vida, a la historia de tu lado.
Puedes ser, sentirte, amarte, enamorarte de ti.
De ese cabello liso, imperfecto, color tierra.
De esos rasgos robustos, saltones, únicos e irremplazables.
De esa lengua cariñosa que te acurruca el alma.
De esa tierra que te enloda y agranda el ser.
<
p style=»text-align: justify»>Tienes el poder en tus manos. Runayay.
Kari, warmi, runayashun.
Runayay es la forma de abolir el sistema colonial de nuestros cuerpos, de nuestras entrañas, es la respuesta al resurgir de otra forma de humanidad a través del ser runa; el runayay es un llamado para el propio runa, para el mishu, para toda/os. Runayashun, huyashun, runa ñanman tikrashun, runa kashkata sisachishpa mishki kawsayta wiñachishun.