Por: Javier Lajo
Economista, filósofo y autor de varios libros
Foto: Muro Cristian Andres Oll Majin
Lima, enero 27 de 2021
Sobre cataclismos y pandemias…
(Extracto de: Principios de sabiduría indígena – (III Parte) EL DIOS “I” DE LOS PUQUINAS Y LOS PACHAKUTIS “…los pueblos amerindios tienen un mejor conocimiento de los cambios y cataclismos de la tierra desde el comienzo de los tiempos.” Vine Deloria Jr.
Esta forma cuasi-mística y particular de “re-ligare” del hombre con la Pachamama, de nuestra cultura andina, a través de la rectificación (o Pachakuti humano) del ángulo del eje terrestre, es la que explicaría la presencia y características de un “fundador” paradigmático, “el maestro inconforme”: Tunupa Wiracocha, el “Hacedor y criador” del mundo, aquel que “… por (eso) su actuar en el pasado se ofrece imperfecto o defectuoso, y sólo en cuanto rectifica y perfecciona… su obra, es que adquiere la nota esencial más importante que es la de poder y mando de todo lo existente” (Rivara, 2000: I: 114). Esto significa superar o impedir la catástrofe planetaria o el llamado “Apo-catastasis”, en muchos idiomas, pero que tiene raíces puquina, en APO o apu, o “espíritu de la montaña” y KATA o “diagonal-serpiente”.
Una de las conclusiones que se desprenden de nuestro texto, sugiere la pre-existencia en el mundo andino de una vincularidad cosmos-hombre, o pacha-runa, o lo que es lo mismo: el Yanan-Tinkuy “intin-pacha-runa”, (o Wiracocha-Pacha-Runa, en Rivara, 2000: I) alcanzado en la sociedad Inka, les habría permitido a nuestros antepasados, entre otras cosas, intentar el control sobre el equilibrio del eje terrestre en su ángulo óptimo de rotación, y con ello el mantenimiento del “ORDEN DEL MUNDO”; dado que la inclinación mayor, sucesiva, por la pérdida natural de la energía cinética del planeta, genera un conjunto de desórdenes climáticos que se empeoran cada año. (Desequilibrios que en definitiva son los que producen toda gama de desastres y “cata-strofes” como terremotos, sunamis, explosiones volcánicas, pestes y pandemias, etc.)
Entonces, esta línea de reflexión nos lleva a sostener la hipótesis de que con el sistema del Qhapaq Ñan (y en general con lo que hemos denominado como “pensamiento paritario” o “pensamiento Qhapaq”) que servía como el principal C’eje del Tawantinsuyu, se intentaba desde la sociedad humana, desde su “víncularidad” y desde su equilibrio “Hampi” con la naturaleza (Kreimer, Elizabeth; «El Espacio del Juego”, en el “Encuentro Intercultural». Congreso de Espiritualidad Nativa Tarapoto; 1999), mantener la inclinación óptima, o en su defecto, revertir el deterioro, o rectificar el ángulo del eje a través de un “Pachakuti humano”.
Es decir, sostenemos que los Inkas (INKA es un “estatus espiritual”, nada que ver con “reyesuelos o emperadores”) tenían la aspiración y el mecanismo para controlar y detener la catástrofe o cataclismo mayor llamado “Pachakuti”, que literalmente significa: El mundo se da vuelta. Estos “Pachakutis cósmicos” serían terroríficas catástrofes planetarias, periódicas o cíclicas, cuya huella del último ha quedado registrado como “diluvio universal” por los cristianos, pues estos procesos según las religiones serían “procesos punitivos”, de los “dioses” que castigan y “depuran” a la humanidad desequilibrada) o “Unu Pachakuti” (María Rivara, 2000: I:107) con los cuales la vida en la tierra vuelve cíclicamente a sus inicios. Estas serían catástrofes planetarias que reinician el ciclo de la vida sobre la tierra, o “dando una nueva oportunidad” a la humanidad “pecadora”. El término de “catástrofe” también deviene o está relacionado con la idea del MITO, como “CAMBIO VIOLENTO”, Cuvier lo desarrolla para la paleontología y Sorel y C. Marx, hacen lo mismo en el campo de lo político y social1.
Georges Cuvier (1769 a 1832) sabio francés, geólogo y paleontólogo, en su obra “Discours sur les révolutions du globe” (1812), había argumentado y explicado la extinción de las especies animales fósiles mediante CATASTROFES PLANETARIAS CÍCLICAS que habrían destruido periódicamente la Tierra y todas las especies vivientes de cada etapa geológica. Esta teoría demostrada con excavaciones de los estratos geológicos, demuestran que las catástrofes, en ciclos según la cual se sucedieron faunas muy diversas a lo largo del tiempo y, cada una de ellas, fue aniquilada totalmente por una catástrofe planetaria con la creación de una fauna nueva, fue divulgada en su obra dedicada a los huesos fósiles, “Recherches sur les ossements fossiles” , (1812). Para Cuvier, los cataclismos debieron ser bruscos, súbitos y no graduales, como lo prueban estratos geológicos volcados y distorsionados. Las únicas causas que encuentra para estas ’volcaduras’, tuvieron que ser ‘diluvios’ o levantamientos violentos del suelo oceánico. Aquí George Cuvier está hablando indudablemente de lo que nuestro pueblo indígena andino conoce como “Pachakutis”.
- Ver: Nicola Abbagnano, 1997 y en http://www.mala.bc.ca/~johnstoi/cuvier.htm