Por: Rosendo Yugcha Changoluisa
Pueblo Kitukara, Comunicador Social
Octubre 04 de 2018
Tayta Proaño vislumbraba en la sabiduría ancestral indígena un poder superior, el de redimir a una humanidad víctima de un capitalismo salvaje que sólo le interesa el rédito económico y que actualmente, a través de neoliberalismo, impone a la humanidad un sistema de “sálvese quien pueda». Treinta años después de su retorno infinito ¿cuán importante y vigente es el pensamiento de Monseñor Leonidas Proaño en el contexto político actual del país?
Empecemos analizando el contexto. Las condiciones políticas cambiaron luego de la consulta popular, instalando un escenario de fiscalización en el ámbito público con un solo objetivo: sepultar un periodo e iniciar una etapa post correista. La estrategia utilizada transito entre la descalificación y el desprestigio, culminando con el impedimento de participación en las próximas elecciones de cualquier tendencia afín al régimen anterior.
En resumen y en teoría, en el Ecuador estaríamos viviendo un momento de transición política y se esperaría entonces el ascenso de una tendencia diferente con cuadros renovados en la perspectiva de construir un nuevo sujeto, discurso y proyecto políticos en el corto plazo y quizá la implementación de nuevos paradigmas de desarrollo y transformación de la realidad en el mediano y largo plazo.
Sin embargo, al analizar algunos de los frentes de lucha posicionados hasta el momento desde los medios de comunicación afines al régimen de turno: es decir, la reducción del tamaño del Estado y disminución de su capacidad de control, ineficiencia de la gestión pública en la seguridad interna (ola de secuestros y desapariciones), fragilidad en la defensa de la soberanía en las fronteras y; finalmente, el despilfarro en compras públicas y corrupción en el manejo de fondos públicos; esa transición esperada quizá no queda del todo clara.
No queda clara en su perspectiva y orientación; pues hasta el momento con esta estrategia sólo se está marcando territorio para distanciarse de un proyecto político anterior, apelando a una cacería de brujas y dividiendo para sacar del juego a los cuadros antagónicos. Esto en rigor no pasa de ser sólo una vieja estrategia que se vuelve efectiva en ausencia de una resistencia y el acomodamiento transitorio de cierta militancia política enquistada en la burocracia pública.
Esta ausencia de perspectiva y orientación hacen que el gobernante de turno ceda a las presiones de los grupos de poder económico y político que reclaman en lo inmediato la devolución de espacios y recursos perdidos en la década correísta; pero cuya meta posterior es ir minando totalmente su referencia política hasta sacarlo del juego. El destino político es inevitable cuando se adolece de perspectiva e implacable para otorgar a cada quien lo que ha sembrado en el camino.
La tendencia que quiere recuperar el control del país tiene claro el panorama que se avecina, un escenario de incertidumbre social, satanización de la política y desprestigio del Estado, ¿para que? Para reinsertar el modelo neoliberal como única vía posible para el desarrollo de la humanidad.
Cuando Proaño afirma: “creo en el hombre y la comunidad” plantea una dimensión renovada de la humanidad basada en su relación comunitaria, pero además, identifica en los valores del mundo indígena los pasos concretos para alcanzar esa transición. Es decir, propone un proyecto político de transformación de las estructuras de opresión que el capitalismo ha instalado en la mente de las personas haciéndonos ver al libre mercado como una realidad natural imposible de cambiar.
Gracias Rosendo… por recordarnos….