Por: Kuyllur Escola Chachalo / 09-04-2018
Jari[1], warmi[2], complementos de vida
Mi abuelo me decía el hombre y la mujer deben caminar juntos, nadie es más y nadie es menos, somos uno solo runakuna (seres humanos, hijos de una sola madre)
Se suele decir, que para vivir bien, primero nuestros hijos deben estar bien, los abuelos decían que lo hijo son encargo de los Apus sagrados, todo niño tiene desde que nace un Apu padrino o madrina, esta enseñanza demostraba que los padres tenían que cuidar valioso encargo por lo sagrado que representan, es así que si algún niño se enfermaba se le curaba también a la madre porque algo en ella no estaba armonizado y no podía cumplir bien su obligación.
Además hay que recordar que algún tiempo fuimos pequeños, y pues esos chiquitos son el puente con la Pachamama estamos en crianza y no existe diferencia el hijo, el padre o viceversa, el padre como el hijo la correspondencia se mantienen en la vivencia, estos hombres pequeños se ven en la misma responsabilidad ante la vida como el pequeño hombre.
Es la responsabilidad de todos trabajar la chacra que nos alimenta en reciprocidad, el puesto de verduras, el almacén de ropa, etc. El sitio de trabajo diferente, quedando siempre visible la relación de unidad y responsabilidad entre todos, compartiendo infortunio y satisfacciones, Estos actos que día a día donde se desenvuelven afirmando los elementos de la espiritualidad que se expresan en la forma de vida, que se encuentran ante el muro de concreto de la educación estatal y sobre todo la intercultural.
Hay que sentir, comprender, reaprender que la identidad es la huella del pulgar que nos hermana y diferencia, la que con solo el escuchar de la música te mueve los pies, profundamente ligada en las actitudes de la vida lo que no aprendiste en el aula ni con los maestros de la educación escolarizada, está en la forma de vida trasmitida, llamada espiritualidad, que nos vuelve únicos y originarios.
La espiritualidad no se enseña, esta se manifiesta en la forma de vida trasmitida en comunidad, este principio se repite en todas las culturas como un acto cotidiano de vida frente a la naturaleza, en estos tiempos en que la colonización avanza aceleradamente, por la tecnología utilizada como instrumento de opresión introduciéndose en las comunidades a una velocidad vertiginosa y esa tecnología también ahora empieza a convertirse en aliada de los hombres y mujeres originarios, nos llega mucha información sobre los cambios climáticos en el planeta, la débil situación política, la marcada diferencia económica que aumentan la presión en los sectores paupérrimos del Abya Yala, además del sistema educativo intercultural que no encuentra un asidero de como estructurar planes y programas a las comunidades.
Ante estas expectativas los sistema de educación occidental, se convierten en antagónicos de la espiritualidad en las comunidades, los valores principios el ayni o ranti ranti, la solidaridad minka o makipuray, la complementariedad o encuentro en la unión de lo masculino femenino el impulso de vida, comunidad que va ligado a los espacios o reconocimiento del pacha se enfrenta al colonialismo que ve en la competencia el principal valor occidental.
Es importante que vayamos despertando y descolonizando nuestro hacer, sentir y pensar, debemos volver a ver y vivir como lo hacían los ancestros, en equilibrio y armonía. La Cosmovivencia Andina tiene una visión cíclica de “pacha” que se evidencia claramente en las tradiciones orales que contienen principios, creencias y manifestaciones culturales sustentadas en desarrolladas construcciones culturales intelectuales.
La cosmovisión andina entiende una relacionalidad complementaria entre el hombre y la mujer, el día y la noche, arriba y abajo, la luna y el sol; la racionalidad Abya Yala es fundamentalmente relacional, vivencial y simbólica, y expresa un todo relacional de lógicas de relacionalidad, complementariedad, corresponsabilidad y reciprocidad. Prácticas que, a pesar del fuerte proceso colonizador de Europa, resisten como preceptos y prácticas de los pueblos y nacionalidades a nivel nacional, así como del continente.
Un abuelo decía: “El hombre y la mujer deben caminar juntos con los pies bien firmes, sabiendo que somos seres humanos con diferencias”; este tiempo espacio es femenino, así son los tiempos decía las personas que ya caminaron por estas tierras. El hombre debe acompañar en este caminar, no puede decir tú en la casa no más, no, hombre y mujer conversando decían y así es.
Hay que comprender, entender y sentir que todo tiene su complemento, su Jari y Warmi, desde las plantas, los animales, los minerales y el mismo ser humano, entonces porque ahora decimos la mujer puede sola, claro, pero desde la vivencia andina no es así el hombre necesita de la mujer y ella de él. No se debe cometer el mismo error que nuestros padres y abuelos porque se les impuso otra manera de ver la vida.
Es hora de volver a vivir en armonía, jamás se puede ver que detrás de un hombre hay una gran mujer, eso es falso, debe ser y es a lado de un hombre hay una mujer. Así debemos caminar, las diferencias que nos ha puesto, ha hecho que veamos o que luchemos por saber quién vale más y quién puede más.
[1] Jari término kichwa que quiere decir hombre.
[2] Warmi término kichwa que quiere decir mujer.
Jari, warmi, complementos de vida, artículo de Kuyllur Escola. Lea y escuche en #Riksinakuy (https://atomic-temporary-17868035.wpcomstaging.com/). 10-04-2018