Por: Cristóbal Quishpe Lema
Kichwa del pueblo Panzaleo
Febrero 07 de 2019
“El libro de la naturaleza está escrito con el lenguaje de las matemáticas. Hay que medir todo lo que es medible y hacer medible lo que no lo es.” Gelileo Galilei
Es necesario dilucidar es: ¿Matemática o Matemáticas? Matemáticas se refiere a lo relacionado a la matemática. Por ejemplo, aportaciones matemáticas, ideas matemáticas. O sea, cuando pasa a ser un adjetivo. O en caso que te refieras a varias áreas de la Matemática. En el caso de que se esté hablando de las mismas (áreas).
Indudablemente las matematizaciones realizadas por las diversas nacionalidades y pueblos ancestrales entran en franca contradicción con los esquemas mentales y cosmovisión de la cultura occidental, por tanto, las culturas ajenas a las culturas nativas deberían respetar y aprender otras formas de pensar, calcular y obrar.
La geometría y las medidas de las culturas autóctonas están presente, en la mayor parte de sus manifestaciones manuales, tejidos, bordados, cerámica, platería, agricultura y arquitectura.
En relación al cálculo o sea la aritmética, en las culturas nativas es más cualitativa que cuantitativa, cada uno en su contexto tiene su utilidad. El sistema decimal de los kichwas, el sistema de base cinco en los shuar, el sistema vigesimal de los chachi, la forma de numerar de los sapara en base tres y así de otras culturas, es muestra que cada nacionalidad y pueblo tiene su propia Matemática. Los niños y niñas de las culturas autóctonas no comprenden en absoluto las operaciones aritméticas con números abstractos y fríos… aunque si comprenden y aprenden muy bien si se relacionan con objetos concretos de su medio.
El contar mediante objetos singulares no es, ni mucho menos, el mejor de los métodos ni el más cómodo. Utilizándolo esta forma, el educando se queda a cada paso con un palmo de narices (sin poder comprender). Pero si puede contar y abstraer con objetos concretos (naranjas, plátanos, palitos, borregos, monos, pescados, piedritas, etc. según la cultura y el medio ambiente). Por ejemplo, Rosa, procede a sumar borregos, pero, le resulta difícil pasar al cálculo general, a la comprensión de las operaciones aritméticas escritas en el cuaderno o en el pizarrón.
Es posible, sin embargo, enseñar a contar por medio de un procedimiento mucho más cómodo. La nueva metodología parte de otro principio de cálculo, mismo que se basa en la comparación con el modelo dado. Es evidente que para los que cuentan al estilo occidental, seis plátanos siempre son seis, y nada más. Para los que cuentan en base a su propia cultura, se trata de seis plátanos si se comparan con cinco plátanos, de tres si se comparan con dos, y de dos si se comparan con tres plátanos. De este modo excluimos, desde el comienzo, el principio de la “percepción inmediata”, el principio del “acopio de objetos singulares” y llegamos a la abstracción auténtica, a la formación del concepto de número. La representación retrocede y cede su lugar al pensamiento.
Esto es de una importancia extraordinaria. La fuerza del pensamiento estriba, precisamente, en que nos permite descubrir en las cosas sus particularidades que no podemos observar y ni siquiera representarnos. La cuestión no es tan sencilla, existen también pérfidos problemas que se resuelven mucho mejor al modo de cada cultura, recurriendo a la representación directa. Cabe insistir que en la cultura Kichwa el nombre de los números es más concreto que en castellano. Ejemplo, La palabra once del castellano, semánticamente no tiene su significado, sin embargo, si se basa en sus raíces si podemos ver que once es diez más uno, pero quién nos indicó ese análisis lingüístico, en kichwa el número once se dice: chunka shuk o sea, diez y uno, que resulta ser bien claro semánticamente.
Es también necesario un intercambio, una interculturalidad, pero, no apenas en un sentido o sea recibiendo los conocimientos de la cultura occidental. De las culturas ancestrales por ejemplo, podrían aprender y enriquecer de su filosofía de vida y de la convivencia con la naturaleza ya que la persona desde niño o niña ya sabe contar los elementos de la Pachamama, mentalmente.
Así la educación en la institución educativa, el propio currículo escolar y principalmente la educación matemática desarrollada todo de un modo crítico, deben apuntar para esas relaciones inter e intra-culturales sin olvidarnos que la cuestión de respeto por el otro como grupo social, parte del respeto de la individualidad personal; así mismo, se debe proporcionar el espacio y las oportunidades adecuadas para la inserción de los distintos grupos sociales y de cada uno de sus miembros en la actual situación del nuevo orden mundial, de este modo, la Etnomatemática como programa de investigación y propuesta pedagógica viene creciendo y fortaleciéndose en los últimos años con el aporte de profesionales preocupados con la realidad educacional y con el subdesarrollo de los países de América Latina.
En este sentido, la Etnomatemática en culturas ancestrales se refieren a elementos más amplios como: la ordenación, la medición, la clasificación de la naturaleza sea cualquiera el contexto y la existencia humana. Nociones más generales de las que disciplinarmente conocemos como espacio y tiempo, están presentes en todas las sociedades y culturas, y solo pueden ser percibidas a través de manifestaciones materiales concretas.
La Etnomatemática es también acción pedagógica que debe ser tratada como tal en el aula, para esto es necesario investigar cómo transmiten los conocimientos de cálculos las madres de las comunidades aborígenes, muchas de ellas analfabetas, y tratar de aplicar en el aula esa pedagogía natural y humana de cálculo.