Por: Juan Carlos Illicachi
Kichwa de la Nación Puruhá
Noviembre 5 de 2018
¿Cómo esperamos que surjan nuevos Newtons si los niños jamás ven manzanas cayéndose de los árboles?” (Francesco Tonucci)
De aproximadamente 1.642 centros educativos que se encuentran en el Sistema de Educación Intercultural Bilingüe, el 80% están ubicados en las comunidades indígenas y el 20% en las urbes o sus cercanías. Esta distribución geográfica permite que los estudiantes de las nacionalidades y pueblos indígenas tengan mayores posibilidades de contacto directo con la naturaleza, y el docente cuente con todo un laboratorio natural disponible para el aprendizaje, al cual no todos los centros educativos del país tienen acceso.
Los materiales didácticos elaborados y producidos, ya sean estos textuales, audiovisuales, lúdicos o digitales, cumplen un papel muy importante en el proceso de aprendizaje, por lo que es necesario seguirlo utilizando, especialmente en la actualidad que han evolucionado con las nuevas tecnologías. Sin embargo, no son los únicos; para los centros educativos que se encuentran cercanas a un ambiente natural, hay otras posibilidades; la naturaleza ofrece un entorno enormemente diverso y muy rico, con una mezcla de colores, texturas y de situaciones que estimulan mejor los sentidos, despiertan la curiosidad, la creatividad y esa capacidad de sorpresa en los niños y niñas.
El Modelo del Sistema de Educación Intercultural Bilingüe MOSEIB, oficializado y vigente desde el año 1993, en su propuesta metodológica plantea un aprendizaje vinculado y permanente con la naturaleza y la comunidad. Los espacios y recursos didácticos utilizados para el aprendizaje son los seres, los elementos, las circunstancias y los materiales de la propia naturaleza, que permiten a los estudiantes un aprendizaje más dinámico, activo e interactivo.
Así, para un docente intercultural bilingüe el material didáctico se compone de cada elemento natural: un pedazo de madera, una rama, las hojas, la tierra, el agua, las piedras, las plantas y otros que la misma naturaleza ofrece. Se complementa con la casa, la chacra, la comunidad, ríos, bosques, cascadas, montañas, senderos ecológicos, ceremonias, ritos, fiestas, los ciclos vitales, ciclos astrales, ciclos agroecológicos y otros que constituyen en espacios y contextos de aprendizaje.
En los centros educativos interculturales bilingües, la naturaleza es el aula, donde la dinámica natural es la principal fuente de conocimientos. Es un espacio de estimulación sensorial para todas las edades, que promueve el desarrollo emocional, espiritual, perceptivo y cognitivo. Además es un espacio de aprendizaje para desarrollar sensibilidades y conciencias en cuanto al medio natural.
Similares a este modelo educativo se ha consolidado con mucho éxito en países europeos como Alemania (con 1.000 escuelas al aire libre), Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, España, República Checa y otros que han implementado las denominadas bosque escuelas, donde el principal recurso educativo es la naturaleza.
En un estudio realizado en la Universidad de Heidelberg (Alemania) se analizaron algunas competencias de niños de Educación Primaria comparando los resultados de quienes habían acudido a una escuela infantil ordinaria con los que habían asistido a una escuela al aire libre tipo bosque-escuela. Se comprobó que estos últimos seguían mejor la clase, prestaban más atención, eran más autónomos, resolvían conflictos de forma más pacífica, eran más creativos y argumentaban mejor sus opiniones (Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, 2016).
A pesar del potencial pedagógico que la naturaleza ofrece, mínimos son los centros educativos en el país que han optado por incorporar a la naturaleza como recurso pedagógico.
En el caso del SEIB, este no esta siendo bien aprovechado en todos los centros educativos interculturales bilingües, tal como determina el MOSEIB. Esto puede deberse a varias razones: la falta de experiencia y capacitación del docente para una adecuada aplicación, las políticas educativas y los instrumentos técnicos y pedagógicos estandarizados para los pueblos indígenas no favorecen la aplicación en territorio, y un sector del profesorado no comprometido con el Sistema de Educación Intercultural Bilingüe, hacen mínimos esfuerzos por innovar, se conforman con seguir utilizando recursos didácticos y metodologías tradicionales.
Este y otros temas deberán ser analizados y replanteados por la actual Secretaría del Sistema de Educación Intercultural Bilingüe, donde la formación y actualización docente centrado en temas pedagógicos, metodológicos y didácticos deben constituirse en prioridad para desarrollar una educación vivencial y comunitaria, donde la naturaleza y su dinámica deben constituirse en medios que faciliten el aprendizaje de los estudiantes y la aplicación del modelo educativo intercultural bilingüe.