Por: Nelson Atupaña Chimbolema
Kichwa de la Nación Puruhá, Abogado
Foto portada: Muro Pachakutik Nacional
Marzo 1 de 2021
En las elecciones generales del pasado 07 de febrero de 2021, el país acudió a las urnas para elegir presidente/a, asambleístas nacionales, asambleístas provinciales y parlamentarios andinos. El Consejo Nacional Electoral – CNE con el 100% de las actas escrutadas y procesadas proclamó los resultados oficiales para las dignidades de asambleístas nacionales y provinciales, con la cual el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik – MUPP listas 18 obtuvo a nivel nacional un total de 27 legisladores y se convierte en la segunda fuerza política en la Asamblea Nacional del Ecuador que se instalará el próximo 14 de mayo del presente año. Esta alta votación, así como el respaldo contundente obtenido en todo el país por el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik – MUPP, instrumento electoral de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE, ha sido la más importante en la historia del movimiento indígena en el Ecuador. Con estos resultados indudablemente se consolida en una notable fuerza política, además de que sale fortalecido en estas últimas elecciones y con capacidad de definir importantes tema de interés del país, desde el Legislativo.
Esto, frente a la sorpresa de los partidos políticos de la derecha neoliberal y de una élite del poder político, económico y financiero del país, que apostaban seguros, incluso que iban a obtener más curules con representantes de la tendencia en la Asamblea Nacional. Sin embargo, el triunfo histórico electoral logrado por el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik – MUPP, instrumento electoral de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE, que representa a la tendencia de una izquierda distinta promovida por el movimiento indígena, fue categórico y ratificado en la mayoría de las provincias del país y siendo principalmente la primera fuerza política en 13 de las 24 provincias: Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Chimborazo, Cañar, Azuay, Loja, Sucumbíos, Napo, Orellana, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Por tanto, el pueblo ecuatoriano ha visto en el proyecto político del movimiento indígena, esta nueva corriente que representa el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik – MUPP, instrumento electoral de la CONAIE, como una línea, opción o alternativa que empieza a imperar en el Ecuador.
En este sentido, el MUPP, hace historia y se convierte ahora en la segunda fuerza política dentro del Parlamento ecuatoriano, Movimiento que desde su creación, hace aproximadamente 26 años, representa las demandas y las exigencias históricas de las bases de la estructura del movimiento indígena en los espacios de decisión política dentro del Estado ecuatoriano. Esta victoria electoral representa efectivamente la expresión de un cúmulo de luchas, de resistencias, así como de exigencias reivindicativas históricas de las comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, que lo han ejercido desde hace más de cinco siglos atrás, desde la “conquista”, durante la “colonia”, así como durante los 191 años de vida republicana. La trascendencia de este triunfo electoral se debe a la votación, apoyo y al respaldo masivo y rotundo de las bases de la estructura del movimiento indígena y de la ciudadanía en general, que confiaron en el proyecto político del movimiento indígena y de los sectores sociales y populares, expresadas en las urnas el pasado 07 de febrero del 2021 a nivel nacional.
El bloque de asambleístas del MUPP al ser la segunda fuerza política dentro de la Asamblea Nacional, tienen la tarea de asumir con responsabilidad a la hora de aprobar o no las leyes. Su trabajo debe enfocarse en función de las demandas del pueblo ecuatoriano y esencialmente cumplir con las atribuciones y deberes que le confieren la Constitución y la ley a un asambleísta, desde la legislación: expedir, codificar, reformar y derogar las leyes; fiscalizar los actos de las funciones del Estado y órganos del poder público; ejercer el control político de la acción del gobierno y de sus ministros sujetos al cumplimiento de las funciones asignadas por la Constitución y la Ley.
La nueva Asamblea Nacional, por lo que se pude evidenciar, será con mayorías móviles, de bancadas legislativas donde ninguna por si sola tendría una completa mayoría y ser una aplanadora dentro del legislativo, como ocurrió en la década pasada. Esa hegemonía dejó de existir debido a las reformas realizadas al Código de la Democracia con respecto al método de asignación de escaños, D`Hondt por el Webster, para estas últimas elecciones. El bloque de asambleístas del MUPP deberán actuar en función de lo que requiere en cuanto a la formulación de leyes en beneficio de los sectores más desfavorecidos de la población ecuatoriana, erradicar la corrupción, verdadero trabajo de legislación y de fiscalización. Serán necesarias las alianzas dentro del Parlamento, con aquellas organizaciones y partidos políticos que representan desde la centro izquierda hasta la izquierda, pero siempre y cuando que estas alianzas y acuerdos estén sobre la mesa y a la luz pública del pueblo ecuatoriano.
Finalmente, el bloque de asambleístas del MUPP tienen la responsabilidad y la tarea de ser conscientes y consecuentes con la agenda central del movimiento indígena y de los amplios sectores sociales y populares del país. En este sentido, impulsar los temas urgentes y las demandas históricas del movimiento indígena como: amnistía para los luchadores sociales y líderes indígenas, defensores de la naturaleza y derechos humanos criminalizados por ejercer el derecho a la resistencia y la protesta social, respeto a los territorios de los pueblos indígenas y recursos naturales contra el extractivismo, respeto del derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado, materialización del Estado Plurinacional e Intercultural, autodeterminación de los pueblos indígenas, respeto a los conocimientos y sabidurías milenarias de los pueblos indígenas, redistribución de agua y tierras, salud intercultural de calidad, respeto de los derechos laborales, educación, salud, de género, derechos de las mujeres; así como las demandas de los otros sectores sociales y populares, obreros, campesinos, estudiantes, mujeres, profesionales, etc., del país.