Por: Pascual Ramiro Yépez Morocho
Kichwa Puruhá. MSc. en Antropología
Agosto 29 de 2018
Perspectivas y retos de la plurinacionalidad en el Ecuador[1]
Perspectives and challenges of plurinationality in Ecuador
Resumen: La presente reflexión analiza las perspectivas y retos de la plurinacionalidad en la relación interétnica e intercultural blanca-mestiza e indígena en el Ecuador contemporáneo. Nos preguntamos, ¿por qué el mestizo y el blanco nos ven desde arriba a los pueblos y nacionalidades indígenas? Es necesario llegar a una contrastación entre los valores, principios y aspiraciones amerindias y occidentales que ayude a unir a estos dos grupos étnicos históricamente confrontados, más allá de las fronteras étnicas, y que al mismo tiempo posibilite la valoración de las expresiones culturales, saberes y filosofías de pueblos y nacionalidades indígenas por parte de la sociedad ecuatoriana, dentro y fuera del país.
Palabras clave: Plurinacionalidad — Saberes ancestrales — Respeto — Diálogo horizontal — Descolonización
Abstract
The present reflection analyzes the perspectives and challenges of plurinationality in the interethnic and intercultural white-mestizo and indigenous relationship in contemporary Ecuador. Why the mestizo and white look down on indigenous people? It is necessary to contrast between Amerindian and Western values, principles and aspirations that help to unite these two historically confronted ethnic groups beyond the ethnic borders and at the same time that make it possible to value the cultural expressions, knowledge and philosophy of indigenous peoples and nationalities on the part of Ecuadorian society, in and out of the country?
Keywords: plurinationality – ancestral knowledge – respect – horizontal dialogue – decolonization.
Introducción
Este tema es complejo y conflictivo porque se trata de un proceso de descolonización por el cual se trata de visibilizar con todo el realismo los problemas de integración y los avances en la reafirmación de las tradiciones étnicas y saberes ancestrales de los pueblos y nacionalidades desde el derecho plurinacional comunitario y derecho internacional.
En tal sentido, la República del Ecuador, en la Constitución del 2008, artículo 1, se reconoce como: «un Estado Constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico». En este contexto, se analiza el significado de lo que es la plurinacionalidad desde los pueblos indígenas, particularmente desde mi pertenencia étnica a la nacionalidad Kichwa, pueblo Puruwa, como heredero de una sabiduría, cosmovisión y espiritualidad ancestral Puruwa.
¿Qué es la nacionalidad y la plurinacionalidad para los indígenas?
Hablar de nacionalidades es hablar de la declaración política de la existencia y presencia de diversas nacionalidades dentro de un espacio definido; es hablar del reconocimiento a la pluralidad como una alternativa descolonizadora frente a una globalización encarnizada, en la que la sociedad occidental excluye y deslegitima las realidades y las modalidades históricas de los pueblos amerindios. Sin embargo, en estos 525 años (desde la llegada de los españoles a nuestras tierras) no han podido matar a las poblaciones indígenas (Yépez Morocho, 2015).
La nación es un conjunto de territorios en los que habitamos diversos pueblos y nacionalidades originarias en el Ecuador, por eso se llama Ecuador Plurinacional. Convivimos 18 pueblos y 14 nacionalidades, con nuestras propias cosmovisiones, idiomas, tradiciones, costumbres y saberes. Estas formas de vida han sido un gran reto durante los siglos, con el fin de fortalecer la identidad cultural de cada pueblo y de cada nacionalidad, pero sobre todo la relación con otras culturas, porque en nuestro país coexistimos indígenas, afro ecuatorianos, montubios, cholos, mestizos y extranjeros. La plurinacionalidad es un tejido social, por lo que nos toca fortalecer este derecho, garantizado en la Constitución ecuatoriana (Yepez Morocho, 2015).
Podemos visualizar el porcentaje de pueblos y nacionalidades en el siguiente gráfico:
En este contexto, se pretende formular el problema, más que la solución, desde la visión indígena y el valor actual que este tiene, para así confrontar la teoría racional occidental del «pienso, luego existo» (Cogito Ergo Sum) de Descartes y nuestra sabiduría, sapiencia indígena andina, de Abya Yala. Para una mejor comprensión de las diferencias en los pensamientos podemos ver el siguiente cuadro comparativo:
Elaborado por: Pascual Yépez Morocho, 2016
¿Cómo desmitificar una ideología que viene de la conquista y según la cual el indígena es visto como un ser inferior: «pobre indio», «indio ignorante»?
En primer lugar, es preciso señalar que esta apreciación del pasado tenía un carácter político, porque en realidad no existían esas realidades que nos pinta la historia oficial criolla. Debido a esa forma de pensar se logró justificar el saqueo, las violaciones, los robos y la muerte de los pueblos originarios, atrocidades que los europeos cometían en América en nombre de Dios y del rey.
Desde la perspectiva de la plurinacionalidad, la dignidad de los indígenas, con sus valores y principios, ha sido desconocida por la modalidad histórica homogénea. La experiencia de supervivencia de cinco siglos ha demostrado que el inconsciente colectivo de los pueblos indígenas ha sido permanentemente invisibilizado por el inconsciente colectivo occidentalizado en la construcción de una identidad nacional.
No obstante, los yachakkuna (sabios), amautas (expertos), taytakuna (ancianos), mamakuna (ancianas) de los pueblos y nacionalidades indígenas han venido manteniendo nuestra identidad étnica cultural, nuestras lenguas, costumbres, tradiciones y cosmologías milenarias de generación en generación.
En efecto, es importante, de manera general, ubicar territorialmente la existencia de los pueblos y nacionalidades, el número de habitantes y sus lenguas originarias, lo que se observa en el siguiente cuadro y mapa:
En este marco, contra los hechos no hay argumentos; el ser en cuanto ser indígena vale lo mismo en Ecuador, Estados Unidos, Canadá, China, Japón, Suiza, Bélgica, España…. Vale recordar que la experiencia de la plurinacionalidad está en diferentes países de Europa, Norteamérica y Latinoamérica. Podemos citar como ejemplo a España, Canadá, Paraguay y Bolivia, países que han comenzado el proceso de reconocimiento de los diferentes pueblos y sus derechos, porque el modelo de Estado-nación occidental ha entrado en crisis, como señala Villoro, cientista social.
¿Por qué el mestizo y el blanco nos ven desde arriba a los pueblos indígenas?
La llamada independencia de 1830 en Ecuador fue únicamente obra y beneficio para la casta criolla, quedando sumidas las poblaciones indígenas a un nuevo colonialismo. Sin embargo, estos pueblos han sabido sobrevivir, pero no por eso han terminado los problemas de la discriminación en el siglo XXI, para esto tenemos las respuestas como son los principios éticos, entre ellos ama shua (no robar), ama llulla (no mentir), ama killa (no ser ocioso), y valores étnicos tales como la solidaridad (karanakuy), reciprocidad (ranti ranti), trabajo comunitario (minka) (Yepez, 2015).
El reto de la plurinacionalidad es determinar que los pueblos indígenas, mestizos, afrodescendientes, montubios cholos y extranjeros, como seres humanos somos iguales, porque ser y en cuanto ser, tenemos la capacidad para existir, por tanto, tenemos derechos. El reto también es la descolonización ideológica, donde la dignidad humana esté en primer lugar. ¡Esto es inclaudicable!
Las 14 nacionalidades y 18 pueblos somos como un iceberg, asomamos un ápice, pero por dentro seguimos siendo invisibilizados, porque en el imaginario de la sociedad occidentalizada aún somos considerados «indios» ociosos, sucios, borrachos, vagos, etc.
Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, 2015.
En la sociedad actual, cargada de discriminación social, racial y cultural, donde no hay respeto por el otro (por la alteridad), también han surgido grandes ideólogos que han aportado a la reflexión sobre las iniciativas y paradigmas plurinacionales. Para citar un ejemplo, Mahatma Gandhi (abogado, pensador y político hinduista), quien por sus convicciones cognoscitivas inició la independencia de la India, buscó erradicar las castas, intentó transformar las estructuras económicas hegemónicas, luchó activa y pacíficamente por la justicia social; realizó, en definitiva, una contestación política al capitalismo y una defensa de los derechos de los pueblos. Gandhi propuso liberar verdaderamente a los hindúes de la opresión inglesa por medio de la violencia no activa, y lo asesinaron.
En este sentido, podemos seguir mencionando a otros pensadores, como Martin Luther King, quien en su discurso «I have had a dream» ya hacía mención a los derechos de los otros; por su parte Boaventura de Santos Souza habla sobre las epistemologías del sur; igual Mignolo, Dussel, quienes, comprometidos con el proceso de cambio afectivo-cognoscitivo, han mostrado la preocupación por visibilizar la existencia y calidad de las naciones que integrarían esa pluralidad local en el contexto global.
Desde la perspectiva identitaria y plural, los mestizos, hijos de madres indígenas y padres españoles, pretenden dar más fuerza a las tradiciones, lenguas, prácticas sociales occidentales; buscan difundir y representar estas características como el camino al desarrollo de la sociedad. Recordemos que los españoles también fueron dominados por los árabes durante 800 años. También los indígenas tienen tantos rasgos y genética español-occidental como los mestizos. Es interesante observar que la mayoría de los mestizos ecuatorianos, como latinoamericanos, comparten las costumbres y tradiciones culturales de los pueblos indígenas; por ejemplo, la reciprocidad, la importancia de la familia numerosa, la gastronomía ancestral, la salud tradicional y la religión popular-ancestral.
Por su parte, los pueblos y nacionalidades indígenas al momento de autodefinirse no logran visibilizarse como tal; en otras palabras, no quieren decir de qué pueblo y/o nacionalidad provienen. Esta actitud se caracteriza por los estigmas que la sociedad ecuatoriana ha impuesto en ellos; por ejemplo, algunos indígenas que viven en la ciudad no se definen como indígenas. Por eso, cuando se les consulta en una reunión o participación en un evento, incluso en el mismo censo nacional que hace el Instituto Nacional Ecuatoriano de Censo (INEC), no se autoidentifican como pertenecientes a una nacionalidad ni pueblo. En la vida cotidiana tampoco logran defenderse de los prejuicios de la sociedad (urbana) que los rodea.
Es importante reflexionar respecto al tema de la definición identitaria desde la autoidentificación; desde la decisión individual de pertenecer a uno o varios pueblos, como la misma Constitución garantiza. Se debe superar la confusión del estigma racial, con los criterios reales como dominio de una o varias lenguas originarias, práctica de tradiciones culturales, costumbres y protocolos ancestrales. Es la razón también por la que el porcentaje de los que se definen como procedentes de los pueblos originarios es tan bajo en Ecuador, por ejemplo, el del censo realizado por el INEC en el 2010, si lo comparamos con otros países con gran población indígena como Perú, Bolivia, México, Guatemala (Carlos Larrea Maldonado [coord.], 2007).
Considero que la sola enunciación de este tema motiva a conocer el porcentaje de población indígena de los 10 países del continente latinoamericano y caribeño, como se puede observar en el cuadro siguiente.
En este contexto, desde nuestra cosmovisión del bien-estar y bien-sentir plural que alberga el trabajo comunitario, es el momento histórico de potenciar el Buen Vivir (Sumak Kawsay), recuperar la utopía y abrir el corazón y la mente de todos, terminar con las brechas de empobrecimiento, injusticias y exclusiones. Para este objetivo, es necesario que los pueblos y nacionalidades curemos nuestros rencores escondidos por siglos y por su parte el pueblo mestizo supere su arrogancia equivocada. Deberemos andar en esta línea de pensamiento, aceptando, asumiendo, integrando la plurinacionalidad como consecuencia de superación de los prejuicios sociales y culturales, en clave permanente de diálogo plural y horizontal; de lo contrario, dice Einstein: «es más fácil desintegrar un átomo que romper un prejuicio».
El desafío de los pueblos y nacionalidades, en el marco de la construcción de un Estado plurinacional, consiste en inmortalizar nuestros valores, principios y aspiraciones, porque están heridas nuestras identidades, puesto que el mundo globalizado nos sigue bombardeando día y noche por los medios de comunicación social. Las sociedades occidentales son avenientes (superficiales) y su cultura es capitalista lineal. Nosotros, en cambio, somos de raíces profundas, como el árbol de capulí, kishuar, viene el viento y no pasa nada, viene el sol y tampoco, viene el trueno y seguimos vivos y en permanente construcción.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El proceso de domesticación cultural, política, religiosa y económica ha pretendido matar, pero que quede bien claro que a nuestras raíces étnicas nunca las matarán. Como dice el Popol Vuh, «cogieron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos, pero nunca jamás pudieron matar nuestras raíces».
El Organismo Internacional de Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconocen los derechos particulares de los pueblos indígenas dentro de una nación soberana con mayoría de no indígenas, como es Ecuador; se refiere al reconocimiento de su territorialidad, administración, jurisprudencia, salud tradicional y religión ancestral (Willem Assies; G. van der Haar y A. Hoekema [eds.], 2003).
De hecho, estos organismos multilaterales buscan la posibilidad de mantener la identidad de los pueblos indígenas en medio de un mundo global. En otras palabras, fortalecer la continuidad de las religiones indígenas, como dicen algunos autores, pero desde la visión indígena, desde sus espiritualidades ancestrales y cosmologías. La misma globalización va reconociendo estos sistemas de vida como una alternativa frente a la deficiente racionalidad occidental. Pero por otra parte, seguimos cierta dinámica previsible de una población ecuatoriana cada vez más «educada» que cuestiona los esquemas rituales, mitológicos y cosmológicos de los pueblos indígenas que se mantienen vigentes bajo una capa encubridora de catolicismo, desde los tiempos de la conquista hasta nuestros días.
¿Cómo hacer la síntesis entre la racionalidad científica-occidental y nuestra sabiduría meso americana indígena?
Frente a la cultura aveniente que nos siguen imponiendo, es fundamental la participación de los amawtas (expertos de pueblos y nacionalidades) en la tarea de construcción de la identidad nacional desde la diversidad de identidades étnicas. Porque aún falta la conciencia social de las sociedades occidentalizadas, que no valoran nuestro sentir, filosofía, cosmovisión, comida, vestimenta y celebraciones. ¿Por qué nos desvalorizamos? ¿Por qué nuestra sabiduría de siglo en siglo sigue siendo alienada y la ideología occidental sigue imponiéndose?
En este sentido, quisiera ilustrar con un cuadro comparativo para explicar lo que es la razón y la intuición, dos facultades que lleva dentro el ser humano.
En este abanico de significados con relación a la pluralidad que enriquece la óptica compleja pero complementaria, consecuentemente en la actualidad, se ve que los mestizos se casan con las indígenas y afrodescendientes; en esas familias se llega a un diálogo de respeto. Asimismo, es importante que en la construcción de la sociedad plurinacional se promueva un diálogo intercultural pluridimensional que rompa esos conflictos interétnicos. Todo lo anterior se cruza con un nuevo concepto para innovar esta tarea histórica, revolucionaria y descolonizadora, desde los acuerdos y consensos comunitarios. Esto significa un compromiso entre las partes para consolidar la descolonización de los pueblos y nacionalidades indígenas y la creación de una sociedad más justa para todos.
OCCIDENTE | ANDINOS |
Usa la razón (yuyay) para entender el mundo mediante la abstracción. | Usa la intuición (yachana) o proporción para comprender el mundo mediante la vivencia de la realidad. |
La razón se desarrolla teorizando y comprobando un hecho. | La intuición se desarrolla «viviendo» conscientemente el presente y el pasado. |
El aprendizaje racional se realiza teorizando. | El aprendizaje intuitivo se realiza haciendo. |
El mejor discurso en Occidente es «hablar bonito» o hablar poéticamente. | El mejor discurso en los Andes es «hablar haciendo» o hablar sintiendo (hablar con el corazón). |
El saber está en el «hablar bien» de los idiomas (español, inglés, etc.) | El saber está en la «vivencia sentida» de los idiomas (kichwa, aymara, maya, pukina, shuar-chicham, tsafiki, etc.). |
Elaborado por: Pascual Yépez Morocho, 2016.
El mayor compromiso debe ser el respeto y la aceptación de los otros tal como son, con su propia identidad, sin discriminar. En el caso de la población mestiza, la única manera de apropiarse de su identidad es amar y aceptar su realidad, que son mestizos (mitad indígenas y mitad blancos); nosotros somos pueblos originarios y como tal vamos a ir construyendo una nueva cultura dialéctica en el marco del diálogo intercultural.
En suma, construyamos como el Big Bang, amando las culturas, no importa las ideologías, las religiones. No importa si son ateos, marxistas, helenistas, comunistas; lo que importa es el ser humano, porque por el mero hecho de ser humano es digno. El ser indígena, blanco o mestizo, en cuanto ser que somos y existimos; sea en el norte, en el sur, en Asia o en Medio Oriente. Sobre todo, desde los más débiles, vulnerables, vamos a construir el nuevo mundo, porque hacemos posible un mundo distinto como pueblo unido y organizado.
En esta línea no debemos olvidar que así como se respeta al ser humano, en cuanto ser, en su capacidad de existir, así tienen que ser amadas y respetadas sus identidades étnicas-culturales. Un respeto por todos, por más pequeño o grande que sea, si hay una identidad de cualquier nacionalidad con sus valores y antivalores, su filosofía, su ser, su querer, todos los estados deben ser respetados.
Como último punto, pero no menos importante, es necesario profundizar en la utopía de construir algo nuevo, lo que es posible; como dice Leonidas Proaño Villalba, obispo de los Indios: «[…] debemos seguir uniendo, organizando para defender a los más débiles, a los más pobres» (Proaño, 1984), y añadiríamos que este proceso debe darse en un permanente diálogo horizontal.
A modo de conclusión
Surgen varios caminos para visibilizar a las nacionalidades y pueblos, por más pequeños que sean, esto en un marco de respeto por analogía y semejanza, con el fin de practicar lo que se predica de cada ser humano. En esta globalización en que vivimos, tiene que haber de las nacionalidades una incidencia ética, es decir, el ser nación tiene derecho a existir con su organización, sus leyes, su cultura, su filosofía, sus modos de vida y su cosmovisión.
Como se señaló anteriormente, el respeto a las culturas, saberes, idiomas, ideologías y filosofías es el respeto a sus antepasados y a la Pachamama (madre tierra). Todo esto debe estar basado en la solidaridad, reciprocidad, justicia e inclusión desde la visión complementaria, pero sobre todo desde el diálogo de saberes y con una metodología apropiada de enseñanza-aprendizaje, en el marco de una alteridad y diálogo entre iguales, por medio de alianzas estratégicas para forjar nuevos paradigmas humanos en la construcción de un Estado plurinacional e intercultural.
[1] En: Historia y docencia. Asociación de Profesores de Historia de Uruguay. 2017. pp.: 165-175
Bibliografía
Asamblea Nacional de Ecuador (2008). Constitución Política del Ecuador.
Assies, Willem; Gemma van der Haar y Andr é Hoekema (eds.) (2003). The challenge of diversity. Indigenous peoples and reform of State in Latin America. Amsterdam: Thesis.
Descartes, Rene (2003). Discurso del método. Estudio preliminar, traducción y notas de E. Bello Reguera. Madrid: Tecnos. [1637]
Instituto Nacional Ecuatoriano de Censos (INEC), 2010.
Larrea, Carlos (coord.), Fernando Montenegro, Natalia Greene y Maria Belén Cevallos (2007). Pueblos indígenas, desarrollo humano y discriminación en el Ecuador. Quito: Editorial Abya Yala.
Ministerio de Relaciones Exteriores y MovilidadHumana, 2015.
Organización Internacional de Trabajo (OIT), 1973.
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 2010.
Popol Vuh (S/A). Instituto Cultural Quetzalcoatl de Antropología Psicoanalítica.
Proaño, Leonidas (1984). Creo en el hombre y en la comunidad. Alemania: Desclée de Brouwer.
Yépez Morocho, Pascual (2015). La cosmovisión de los pueblos y nacionalidades indígenas su permanencia en el Ecuador intercultural y plurinacional. Quito: Abya Yala.
Felicidades por una nueva cultura dialéctica en el marco de la dignidad y derechos.