Por: Santiago Utitiaj Paati / Nacionalidad Shuar
1 de junio de 2018
Las Nacionalidades Shuar, Achuar, Zapara, Secoya, Kichwa, Andoas más los Pueblos Indígenas de Aislamiento Voluntario (PIAV) o pueblos libres (COFENIAE); habitan desde hace miles de años en la selva amazónica antes de que se constituyeran las actuales repúblicas de Ecuador y Perú. Solamente en 1941 por el conflicto bélico de los dos países fueron divididos injustamente por la línea del Protocolo del Río de Janeiro, quedando unas familias en Ecuador y otras en Perú. En 1995 otro acontecimiento bélico en el Alto Cenepa, ahondó la separación de las familias y pueblos hermanos declarándoles como enemigos. Las nacionalidades transfronterizas de Ecuador-Colombia son: Awa, Epera y Siona.
En el Ecuador los polos de desarrollo se encuentran ubicados en ciudades de Quito y Guayaquil, de manera incipiente en Cuenca y Ambato, y mínimamente en Santo Domingo de los Ts’achila y en otras provincias de la costa y sierra, lo que genera una asimetría social, económica y política en pleno Siglo XXI; y genera una inseguridad y subdesarrollo del país.
Por otro lado el presupuesto del Estado ha estado orientado mayormente en las grandes ciudades consideradas como centros de desarrollo nacional, en detrimento de las provincias amazónicas y otras al norte de la costa ecuatoriana como Esmeraldas y Carchi, principalmente. Estas se han constituido en periferia del país, poniendo en riesgo que se constituya en un caldo de cultivo para la inseguridad y el subdesarrollo; sin embargo, la existencia de las nacionalidades y pueblos como fronteras vivas han contribuido en cierta forma tener la presencia del Estado ecuatoriano en esta zona.
El mayor “prejuicio económico” que ha generado el Estado ecuatoriano son las provincias amazónicas y por ende a las nacionalidades y pueblos; aun cuando el mayor ingreso fiscal proviene del petróleo explotado en la amazonia y en los territorios indígenas; ha existido un “abandono” generalizado del Estado a los sectores fronterizos en los campos, económico y psicosocial. Al contrario ha existido la presencia militar luego del conflicto armado en 1941.
Cabe resaltar que Estado apenas hace un poco más de medio siglo presencia en el suelo amazónico debido al inicio de la era petrolera, y en la frontera norte con Colombia, por la presencia de los Grupos Irregulares Armados de Colombia GIAC.
Tanto el Estado Peruano como el Estado Colombiano tienen precaria presencia en la Zona de Integración Fronteriza con el Ecuador, se carece de infraestructura de desarrollo, salud, educación y producción y un apoyo real a los pueblos indígenas que habitan en esta zona. En el caso de los pueblos indígenas amazónicos del Perú que se ubican en la línea de frontera con Ecuador, los habitantes tienen que realizar una escala a Iquitos y luego a Lima en avión, lo que implica varios días de viaje y muy elevado costos de transporte. En el caso de Colombia está bajo el “control” de los GIAC.
El Plan de Desarrollo Binacional Ecuador-Perú y Acuerdos de Relaciones Comerciales y de Buena Vecindad firmados entre el Ecuador-Colombia y otros instrumentos; no han considerado la participación directa y real de las nacionalidades transfronterizas para el desarrollo e integración fronteriza y binacional para mitigar sus problemas; así contribuir la construcción de la paz y el mejoramiento de las relaciones binacionales entre los pueblos indígenas y los países. A pesar que ha habido fondos destinados para los programas y proyectos binaciones, la mayoría de las provincias amazónicas y fronterizas se ha beneficiado muy poco, y los pueblos indígenas son los que han recibido escaso apoyo de estos programas aun que han sufrido más las secuelas de los conflictos bélicos. Al contrario, se han invertido más recursos en otras ciudades de los países por influencias de los poderes políticos.
No obstante, la firma de la paz realizada entre Ecuador-Perú tras el conflicto del 1995, ha constituido para los pueblos fronterizos una oportunidad histórica de reencuentro familiar. Es decir, muchas familias Shuar, Awajun, Wampis, Achuar, Kichwa y Secoya; se han podido saludar y restablecer lazos de parentesco y amistad luego de haber estado separados por 60 años por los conflictos ajenos. En el caso de Ecuador-Colombia, si bien no han existido conflictos armados, los estados no han creado condiciones para facilitar y garantizar una verdadera integración fronteriza y la unidad de las familias ubicadas en la zona como son las nacionalidades: Awa, Epera y Sionas y el pueblo Pasto.
En efecto, países como Ecuador, Perú y Colombia han tenido la oportunidad de promover una verdadera integración de la ZIF y la binacional a partir de la identidad, lengua, cultura y los sistemas organizativos y políticos propios de las nacionalidades. Toda vez estos pueblos han expresado su decisión y voluntad política de promover la seguridad y desarrollo y el fomento de la cultura de paz, pero no siempre encontraron el apoyo de los Estados. Sin embargo, por iniciativa propia como pueblos amantes de la vida y la paz, han realizado varios encuentros binacionales entre las nacionalidades de Ecuador-Perú y Ecuador-Colombia a fin fomentar la unidad y contribuir a la paz por el bien de todos. Por consiguiente, la realidad geopolítica del Ecuador en el marco de la seguridad y desarrollo del país, es fundamental promover y dinamizar los procesos de integración binacional desde la perspectiva de la cosmovisión y realidad propia de las nacionalidades que habitan en esta zona y consecuentemente fomentar el desarrollo económico en el marco del Plan de Integración Binacional real en concordancia a los Objetivos Nacionales del país.
Así mismo, una propuesta bien estructurada desde las nacionalidades, constituye una oportunidad para el país de fomentar la paz, de contribuir a la seguridad y desarrollo nacional; que las nacionalidades se constituyan en “Garantes de la Paz”. Por ejemplo, en caso de Ecuador y Perú, una política bien definida por parte de los estados, significaría una preparación prospectiva a los efectos de las construcciones de los ejes viales multimodales promovidos por el Gobierno Nacional, como son los casos de: Manta-Manaos y Méndez-Yaupi-Borja, entre otros; donde las nacionalidades se verán afectadas por estas obras, en materia de seguridad, toda vez circularán personas de muchos continentes e incidirán en la vida de estas comunidades.
La profundización de los vínculos de amistad, cooperación e integración vecinal de las nacionalidades fronterizas de Ecuador, Perú y Colombia; será posible en la medida que las estas comunidades humanas reconstruyan sus familias, comunidades, identidades, lenguas y culturas; sobretodo una economía sustentable desde sus territorios en aras de la construcción de una cultura de paz por el bienestar y seguridad de los Estados involucrados y las comunidades.