Por: Verónica Yuquilema Yupangui
Kichwa de la Nación Puruhá. Abogada
Agosto 26 de 2019
Parte III [1]
Los medios de comunicación y la/os artistas de humor
En el año 2016, la Casa de la Cultura Ecuatoriana núcleo de Pichincha promovía en su página web un evento teatral humorístico denominado “Sex on the llacta”[2] dirigido por el señor Ramón Serrano. Los protagonistas de la pieza teatral eran David Reinoso y Ana María Balarezo, artistas reconocidos a nivel nacional.
En la obra, David Reinoso encarna un personaje llamado “Moti”. Moti se estrenó en la pantalla gigante de la televisión ecuatoriana hace varios años atrás, éste viene a ser -para ojos de quién lo creó- el hombre “indígena” que salió de una comunidad serrana a la ciudad costera de Guayaquil, que tratando de adaptarse al nuevo lugar, sigue usando el poncho en un contexto donde la temperatura puede alcanzar los 35 grados centígrados y logrando comunicarse con un castellano “mal hablado”. Por otro lado, Ana María Balarezo según se puede colegir de la publicidad del evento, retrataría a la mujer kichwa otavalo – de modo totalmente distorsionado y estereotipado.
Este tipo de personajes “humorísticos” son muy comunes dentro de la televisión nacional – en los últimos años se han creado varios personajes, solo para mencionar algunos: Rosita La taxista, el mashi, esheman, entre otros-, de tal forma que su existencia se ha naturalizado y legitimado por la sociedad ecuatoriana blanca mestiza e incluso, por alguna/os de nosotra/os misma/os. Esta normalización no es nada natural, tal como el reconocido lingüista y filósofo Noam Chomsky (2002) refiere, los medios de comunicación no son ni han sido los referentes de libertad e imparcialidad, debido que la información que transmiten responden directamente al pensamiento del grupo de poder dominante (colonial, heteropatriarcal y capitalista), y a lo largo de los años han conseguido que las personas se sienten frente al televisor y mastiquen religiosamente el mensaje (Ibídem: 21).
Partiendo de este raciocinio, a través de la ridiculización de nuestras formas de hablar una lengua impuesta – aprendida por nuestras madres y padres bajo el lema de “La letra con sangre entra”- y la distorsión de nuestras vestimentas, personajes como los que encarnan Reinoso, Balarezo y otros, nutren directamente el pulmón del sistema colonial, haciendo uso del arte y los medios de comunicación para perpetuar, desprestigiar y naturalizar la burla hacia nuestros pueblos y nacionalidades.
La televisión o el arte, en este caso, sí educa y mucho más en contextos de «colonialismo interno» (González Casanova, 2006) como el ecuatoriano; por lo tanto, el arte que promueven las y los artistas deberían fomentar responsablemente un humor consciente, constructivo y respetuoso con la memoria histórica de nuestros abuelos y abuelas que fueron muertas por la ignorancia de quienes no comprendieron el sentido de nuestras lenguas, nuestras vestimentas y en general, nuestras filosofías. Con ese ánimo,
El humor, el arte en sí mismo no puede servir para la reproducción del sistema colonial, heteropatriarcal ni capitalista, no debe ser cómplice del racismo que por siglos ha fomentado la esclavitud, el desprestigio, el silenciamiento, el rechazo y el empobrecimiento de los pueblos y nacionalidades y de la propia sociedad ecuatoriana, en ese camino, cabe llamar la atención al trabajo que varios colectivos de productora/es audiovisuales pertenecientes a pueblos y nacionalidades hacen con el ánimo de reposicionar, redignificar nuestro ser y estar dentro de medios de comunicación digitales y convencionales, muy a pesar de que el Estado no garantice condiciones equitativas y justas para la creación, producción y divulgación de estas iniciativas. Una de ellas es la Corporación de Productores Audiovisuales de las Nacionalidades y Pueblos CORPANP[3].
Racismo oculto en artículos de opinión
En julio del año 2018, el articulista Martín Pallares publicó un artículo de opinión en la plataforma virtual 4pelagatos titulado “Entregar el edificio de Unasur a la Conaie es pésima idea”[4]. Esto en virtud del anuncio hecho por el Presidente de la República Lenin Moreno en una asamblea ampliada organizada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE[5], donde ofreció entregar el edificio de la Unión de Naciones Suramericana UNASUR para que en ella funcione la Pluriversidad Amawtay Wasi[6]. Desde mayo del año 2018, según decreto oficial este centro universitario pasó a ser reconocido como universidad pública y por lo tanto, sería el Estado el responsable de dotar recursos económicos para su funcionamiento.
En este escenario, Pallares en su artículo de opinión arremetió contra la decisión tomada por el primer mandatario respaldándose en fundamentos cargados de racismo, que desconocían y silenciaban la otra parte de la historia. No obstante de aquello, tras las serie de reacciones por parte de la población runa en plataformas virtuales en contra de este artículo[7], en lugar de asumir con altura el sesgo que su lugar de privilegio le impedía ver, sentir, pensar y escribir, banalizó e ironizó sobre las críticas hechas en su contra.
Es difícil ciertamente asumir el lugar de privilegio o el lugar desde dónde hablamos, como varias académicas (Harding, 1996; Hill Collins, 2016; Ribeiro, 2017) lo han analizado, porque la historia que pulula a nuestro alrededor a través de la educación, la cultura, los medios de comunicación, etc ha silenciado las voces, pensares y sentires de la/os otra/os grandes protagonistas de la historia, fomentando sistemáticamente el ego del colonizador blanco mestizo como el único portavoz y creador de la razón – opinión- universal.
Así ha sido hasta nuestros días, por lo tanto, cuando levantamos la voz y logramos la restitución, la reposición de nuestros derechos, la y el privilegiado se ve amenazado y lo que queda es crear opinión, hacer uso de su espacio de poder para explayar nuevamente una versión de la historia vista y pensada desde ese «lugar de fala» (Ribeiro, 2017) privilegiado.
En el análisis de Djamila Ribeiro sobre el «lugar de fala» hace mención a Grada Kilomba, académica portuguesa de gran trayectoria, quien haciendo énfasis en la importancia de escuchar a las voces silenciadas menciona:
“[…] é necessário escutar por parte de quem sempre foi autorizado a falar. […] Necessariamente, as narrativas daquelas que foram forçadas ao lugar do Outro, serão narrativas que visam trazer conflitos necessários para a mudanza. O não ouvir é a tendência a permanecer num lugar cómodo e confortável daquele que se intitula poder falar sobre os Outros, enquanto esses outros permanecem silenciados.” (2017: 80)
La opinión es una forma de ejercicio de la libertad de expresión y sin duda alguna es un derecho humano, empero, lo que se pone en cuestión es cuál es el humano que ha sido históricamente favorecido por este derecho y la respuesta es bastante simple: el hombre y en un momento dado también, la mujer heteropatriarcal burguesa. Por ello, sin ánimo alguno de inhibir a alguien sobre el ejercicio de este derecho, lo que se exige es que asuman con responsabilidad el lugar desde donde piensan y escriben y tal como asevera Kilomba, practiquen el ejercicio de escuchar la otra parte de la historia que ignoran, lo que ayuda a derivar el racismo que les (nos) circunda internamente, les (nos) hace conscientes de lo que escriben y comparten con la sociedad y sin lugar a duda, nos impulsa a caminar hacia una sociedad plurinacional e intercultural fáctica.
[1] Este apartado fue publicado por primera vez en el Dossier “Contranarrativas: Epistemologías descoloniales, racialidad y mapas de la conciencia” en la Revista Millcayac- Revista Digital de Ciencias Sociales: Yuquilema, V. (2019). Racismos invisibilizados: vivencias y resistencias cotidianas del pueblo kichwa en Ecuador. MILLCAYAC Revista Digital de Ciencias Sociales, 6(10), 41–60. Recuperado de http://revistas.uncu.edu.ar/ojs/index.php/millca-digital/issue/view/133/showToc
[2] Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=6hG5dD0cXhA. Consultado 10/12/2018
[3] Para conocer más a cerca de CORPANP, puede visitar https://www.youtube.com/channel/UCZ8cpaLfBytNaQ_nxRd0Dtg
[4] Disponible en https://4pelagatos.com/2018/07/09/entregar-el-edificio-de-unasur-a-la-conaie-es-pesima-idea/. Consultado 10/12/2018.
[5] La CONAIE es una de las organizaciones más representativas de la población indígena en Ecuador.
[6] Institución académica con años de existencia, nacida de la necesidad de la población runa y que hasta hace poco era una institución privada que se sostenía con fondos recaudados por esfuerzos propios. Información disponible en https://amawtaywasi.org/. Consultado 14/12/2018
[7] Algunas de las reacciones de encuentran disponibles en: https://lalineadefuego.info/2018/07/13/la-universidad-amawtay-wasi-y-la-profunda-molestia-colonial-por-veronica-yuquilema-yupangui/
https://lalineadefuego.info/2018/07/12/la-unasur-y-la-universidad-indigena-por-atawallpa-oviedo-freire/