Por: Kuyllur Saywa Escola Chachalo
Nacionalidad Kichwa pueblo Karanki-Kayambi
29 de junio de 2018
Hacer comunicación constituye para quienes ejercemos desde los pueblos y nacionalidades, un verdadero reto de integración en Ecuador, así como con el resto de la sociedad de este país. Este reto emprendido es para los comunicadores interculturales una herramienta y el inicio por construir una sociedad consciente que la diversidad no supone la exclusión sino un elemento fundamental para reconocernos como diversos, pero comunes para construir una vida justa y en armonía con los seres humanos y la naturaleza.
La comunicación es como un tejido que nos permite interrelacionar las diferentes iniciativas de cada comunidad, organización y pueblo, tomando en cuenta a sus necesidades y realidades, por eso se dice que la comunicación es una herramienta de lucha, que nos permite contar, lo no contado, dar la palabra al que no la ha tenido, pero sobre todo corazonar quienes somos y a dónde queremos ir.
La comunicación para los pueblos originarios trasciende la comunicación humana y nos conecta de manera integral con la Madre Tierra y nuestras deidades. Se trata de un relacionamiento cíclico a través de todos los seres de la tierra, pues desde nuestra visión todo está vivo y cumple un rol fundamental en la vida y desarrollo de los tiempos. Es entonces el ejercicio de poner a hablar y comunicar el todo a través de varios elementos físicos como los instrumentos musicales, la forma en que se cultiva la tierra; emocionales como la forma en que entendemos al agua concebida como sangre de la tierra; y espirituales como la forma en que los apus nos hablan en los sueños. A través de ésta variedad de elementos los seres humanos ordenamos los pasos y las palabras en el camino, y cuando podemos apropiarnos de los mensajes que la naturaleza nos da, podemos caminar el conocimiento a través de recursos técnicos como la comunicación tradicional (entiéndase ésta a las radios, canales de televisión, prensa escrita, etc).
El uso de estos recursos técnicos permite fortalecer la cosmovisión y cosmovivencia de los pueblos originarios, en algunos casos donde la identidad está presente, en aquellos lugares donde la identidad está bombardeada por discursos mediáticos que minimizan las prácticas ancestrales y nos venden como lo bueno, lo “in” lo “que se debe hacer”, la comunicación nos ayuda a cuestionarnos y reflexionar si dichos modelos son los “únicos” los válidos, los verdaderos o si es necesario recordar y despertar el saber dormido de cómo nos relacionamos en el mundo. Así, se convierte la comunicación en un instrumento para posicionar nuestro plan de vida frente a ese modelo de vida homegenizante, único y verdadero que el sistema tradicionalmente implanta a través de los medios de comunicación, de las instancias educativas, religiosas, militares y de gobierno. La construcción de nuevos imaginarios y el cuestionamiento de lo establecido es la posibilidad mediática más fructífera en el hacer comunicacional.